¿Por qué educamos o para qué educamos?
Why do we educate or educate?
Jhon Gil Morales Díaz
Recibido: 03/15/2016- Aceptado: 04/20/2016
Cómo citar este artículo: J. Morales, “¿Por qué educamos o para qué educamos?”, IngEam, vol. 3, n.° 3, pp. 9 - 13, 2016
Resumen
La presente reflexión está enfocada en cómo los cambios sociales, tecnológicos y operativos de estos procesos generan un nivel de presión más alto sobre todos los componentes del sistema educativo. Así como lo plantea la [1] UNESCO acerca de los aprendizajes fundamentales, aprender a aprender, aprender a ser, aprender a hacer, y aprender a convivir, la discusión acerca de la razón y el fin del proceso educativo va más allá de una acumulación de conocimientos, implica replantear en perspectiva las motivaciones fundamentales que mueven los cambios sociales en los cuales se basa la transformación social vía mejoramiento de las condiciones humanas por el desarrollo integral del ser humano en su proceso de adquisición, aplicación y relación con el conocimiento.
Palabras clave: educación, enseñanza, vocación, proceso, conocimiento
Abstract
The present reflection is focused on how the social, technological and operational changes of these processes generate a higher level of pressure on all the components of the educational system. Just as UNESCO [1] poses about fundamental learning, learning to learn, learning to be, learning to do, and learning to live together, the discussion about reason and the end of the educational process goes beyond accumulation of knowledge, involves rethinking in perspective the fundamental motivations that move the social changes on which social transformation is based via the improvement of human conditions by the integral development of the human being in its process of acquisition, application and relation with knowledge.
Keywords: education, teaching, vocation, process, knowledge
Introducción
Se plantea que [2] “Nunca tuvimos tanta información disponible; pocas veces en la historia de la humanidad el hombre ha estado tan a la deriva”. Esta frase que denota un problema cada vez mayor a nivel de acumulación y renovación del conocimiento, se muestra cómo replantear las razones del por qué hacemos lo que hacemos es indispensable para no perdernos en el camino.
Las presiones son cada vez mayores para las generaciones que nos preceden y los que hacemos parte del componente educador nos enfrentamos con el resultado de estas presiones sobre los estudiantes de esta generación.
Contenido
Menciona [3] “Una idea no es otra cosa que el concepto de una perfección no encontrada aún en el Experiencia”. El concepto debe tener una razón de ser, un sentido del rumbo ante lo desconocido es lo que ha cuestionado a la humanidad desde todos los aspectos sociales y antropológicos.
No es raro que culturas antiguas intentaran interpretar el mundo en el que vivían y darle un sentido a sus acciones, ya sea las culturas antiguas sumerias que aportaron los primeros sistemas de escritura cuneiforme que era el mecanismo para transmitir conocimientos culturales que los denotaban y los diferenciaban; o como la cultura antigua egipcia con su sentido de trascender a través del tiempo en su búsqueda por la inmortalización o la griega con su búsqueda filosófica de un sentido de sus acciones y una búsqueda por las respuestas más básicas del ser humano frente a su existencia.
En estas culturales se ve un común denominador de dejar un legado escrito de los elementos que eran importantes y que no debían ser olvidados y que buscaban inconscientemente generar una identidad cultural que sobreviviera de generación en generación como lo denota [3] Werner “Todas las ramas de la actividad espiritual, en el periodo primitivo de la cultura griega, brotan inmediatamente de la raíz unitaria de la vida en comunidad”.
Estos conocimientos que se logran ver en obras clásicas de literatura antigua a través de los poemas de Homero muestra un escenario donde ciertos valores eran de alta estima y eran los óptimos que debía tener un ciudadano griego.
[4] Werner menciona que “la educación, considerada como la formación de la personalidad humana mediante el consejo constante y la dirección espiritual, es una característica típica de la nobleza de todos los tiempos y pueblos. Sólo esta clase puede aspirar a la formación de la personalidad humana en su totalidad; lo cual no puede lograrse sin el cultivo consciente de determinadas cualidades fundamentales”.
Esta formación que también se ve reflejada en el aforismo “conócete a ti mismo” que se le atribuye a Sócrates, muestran que esa formación no era solamente el atesoramiento de conocimientos sino una dirección que trascendiera del sentido espiritual y que acerca al ser humano a su estado ideal.
Esta búsqueda del perfeccionamiento humano que ligara su construcción en todas las esferas por elementos que sociológicamente fueran aceptados por sus congéneres, lleva a pensar en la labor del escriba, el sacerdote, el filósofo, el pensador en cada una de estas épocas como guía instructiva que fuera esa voz que recordara las preguntas que todavía no habían sido respondidas, o que recordara los errores de batallas pasadas, o los hechos que eran importantes. Esto implicaba que hubiera alguien con mayores conocimientos el jefe, el mayor el anciano que ayudara a las mentes jóvenes a entender sus pasos y tener cuidado de sus decisiones.
Como lo habla [6] “La disciplina convierte la animalidad en humanidad. Una generación educa a la otra, La disciplina somete al hombre a las leyes de la humanidad y comienza a hacerle sentir su coacción”, alguien debe cumplir la labor como educador, el educando no tiene el conocimiento y la experiencia suficiente, es una mente que debe ser instruida, en aquello que es aceptado y en lo que no. Este sentido del educador como instructor que impartiera disciplina y reglas que ayudaran al educando a vivir en comunidad y ser un elemento aportante en la sociedad ha ido cambiando en la media que los paradigmas van cambiando.
Hoy se habla de una sociedad del conocimiento donde la voz del educando tiene un peso en su formación como lo habla [7] Susino, donde la inclusión de sus pensamientos posibilitan una construcción del conocimiento. En la medida en que los procesos de adquirir y tener a la mano los conocimientos (medios de comunicación) han cambiado la forma de acercarse a la formación que ha permitido que las mentes jóvenes tengan acceso instantáneo a cualquier dato o información referente a alguna temática, lo cual implica un mayor reto para el proceso. Esta mayor responsabilidad de los educadores ante contextos donde la diversidad, la inclusión y el materialismo (por el paradigma capitalista) presionan a generar un funcionalismo de la formación impartida genera grandes retos frente a ese perfeccionamiento del ser humano.
No hay que negar el papel de la educación en la capacidad para mejorar las posibilidades económicas de aquellos que pueden acceder a ella y menos que esto genera impactos positivos sobre la sociedad a nivel de desarrollo y crecimiento económico, pero resumir la educación como una herramienta para obtener un fin económico significa reducir su función formativa.
Y no es solo que en estos tiempos se valoré la posesión de bienes como el fin del ser humano sino que debe ir de la mano de un proceso donde todos los aspectos del ser humano estén incluidos como lo habla [8] Werner “Presuposiciones de la cultura aristocrática son la vida sedentaria, la posesión de bienes y la tradición. Estas tres características hacen posible la trasmisión de las formas de vida de padres a hijos. A ellas es preciso añadir una educación distinguida, una formación consciente de los jóvenes de acuerdo con los imperativos de las costumbres cortesanas”
Ya [9] Weber en el libro ética protestante y espíritu del capitalismo vislumbraba la reducción de los fines sociales del ser humano a un materialismo donde lo que prevalece es un sentido mercantilista desde su punto de vista donde la complejidad de las actuaciones y los condicionantes se modificarían con respecto a las perspectivas egoístas. En este sentido la colaboración y la capacidad de trabajo en equipo se veía condicionada por la ganancia que se podría obtener por esta unión, este elemento que los podemos analizar con lo que [10] describía en la teoría de juegos (dilema del prisionero), ayuda a entender cómo ese comportamiento social es condicionado por la capacidad para obtener un beneficio, pero también el anotaba (en su libro la complejidad de la colaboración) que esa capacidad de colaboración más allá de un sentido individualista debía ser pospuesto por un beneficio común que podría ser mayor que los beneficios individuales, e incluso resaltaba en su libro confianza, donde relacionaba como elementos sociales como la capacidad de colaborar y confiar los unos en los otros era necesario para facilitar las interacciones sociales que a la larga generaba menos costos y más beneficios. Bajo este escenario donde el fin económico y egoísta se intenta imponer ante cualquier fin social la educación se ha convertido en muchos casos en una multiplicación de estos criterios, la elección de lo que se desea estudiar ya está condicionado por lo que pueda generar beneficio, y el fin de la educación como mecanismo de perfeccionamiento del ser humano queda de lado ante la premisa "cuanto puedo ganar si estudio esa profesión", ante estas circunstancias la vocación, las habilidades, las potencialidades que diferencian y que ayudan a construir sociedades sanas y prospectivas, quedan en un segundo plano y más aún las poblaciones que no cuentan con posibilidades (como las mostradas en el documental camino a la escuela) no tendrían derecho a las mismas oportunidades por no contar con los recursos. Hoy en día el dilema de la educación debe ir más allá de las posibilidades económicas para poder equilibrar las desigualdades sociales que generan conflictos en cualquier nivel
De esta manera la responsabilidad del educador no debe ser simplemente cumplir con impartir unas temáticas aprobadas en un pensum, sino de ser una guía que recuerde a las mentes jóvenes con las cuales se comparte un escenario, cuál es su papel dentro de la sociedad y la razón de ser de formación y la importancia de una construcción integral de todos los aspectos.
Y en este sentido la labor cambia, de llenar mentes en abrirlas, para multiplicar el potencial multiforme de esta generación (milenialls); bajo este nuevo paradigma el docente se convierte en un curador del conocimiento que ante la abundancia de información (que en muchos casos se fue irrelevante) debe generar guías que permitan a los estudiantes ver, como lo habla [8] las conexiones, reconocer patrones y ver el sentido entre los campos, ideas y conceptos básicos, para poder tomar decisiones complejas antes las necesidades de su contexto.
No olvidando que las tecnologías actuales no resuelven los problemas como lo habla [9] sino que su incorporación debe convertirse en una estrategia operativa para generar un mayor dinamismo didáctico que permita multiplicar redes de cooperación que mejoren la circulación de la información con sistemas adaptativos.
Conclusiones
Responder a las preguntas iniciales implica encontrar puntos de equilibrio entre lo que se quiere enseñar y lo que se desea aprender, en este punto el docente ya no es un transmisor de contenidos y el estudiante no es solo un receptor pasivo, sino que la labor debe estar enfocada en el diseño de espacios de aprendizaje [10] donde las partes interesadas encuentren un sentido en su actuar que va más allá de un interés económico, y que puede llegar a impactar a la sociedad donde se desenvuelven ambas partes.
Referencias bibliográficas
[1] J. Delors La educación encierra un tesoro. Informe a la UNESCO de la comisión internacional sobre la educación para el siglo XXI. Ciudad de México: Santillana, 2015
[2] R. Rossi. A-Educación o Educación [En línea] 2016, 18 de febrero. Disponible en http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/. 2014.
[3] I. Kant. Pedagogía. [En línea]. 2016, 20 de octubre. Disponible en http://www.ddooss.org/articulos/textos/ka nt_pedagogia.pdf
[4] R. Susino. “La educación inclusiva hoy. Reconocer al otro y crear comunidad a través del diálogo y la participación. Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado”, vol. 70, no 25, 15-30, 2011
[4] J. Werner. Paideia los ideales de la cultura griega. Fondo de Cultura Económica. 2001.
[5] M. Weber, Ética protestante y espíritu del capitalismo. Buenos Aires: Alianza editorial, 2004.
[6] R. Axelrod Robert. La complejidad de la cooperación. Ciudad de México: Fondo de Cultura Económica, 2004.
[7] F. Fukuyama, Confianza. Madrid: Ediciones B, 1998.
[8] G. Siemens. Conociendo el conocimiento. Madrid: Editorial Nodos Ele. 2006.
[9] J. Tedesco. Las nuevas tecnologías y la articulación escuela sociedad. México: Fondo de Cultura Económica, 2000.
[10] G. Bautista. Evolución y retos de la educación virtual. Barcelona: Bergoña Gros, 2011.
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